Oval, a veces blanco, otras amarronado, delicado en su aspecto, natural, acusado de agudizar el colesterol, el huevo regala connotaciones. Si se lo subfija, nos lleva a la tontería. Nos ayuda cocido o en su estado crudo, en la protesta o en la cocina. Allí texturiza, pero sobre todo cambia las mazas por las masas. Dos minutos de cocción, dos orificios contrapuestos y un sorbido, manifiestan proteínas en su estado líquido, sin embargo ocho minutos bastan para que su estado sólido decore nuestra mesa. Casi siempre se lo rompe, a veces para decir basta: ¡que no se lo rompa más! El huevo es capaz de determinar situaciones. Alguna vez estrellado sobre aceite, americaniza el desayuno. Es popular, venerado y denostado. Tiene madre pero padre ausente.
El huevo es, lo digo: necesario, contundente, aunque efímero. A veces lleva sello otras lo trae la vecina. Es alimento pero también significa un desaprobado. Manifiesta un gran dolor como también un gran "te quiero". Va muy bien solo pero mejor acompañado. Nutritivo, completo, recomendado, aporta fósforo y selenio, antioxidante, nos ayuda con la visión y la memoria, aporta, siempre aporta, también hierro, yodo y zinc. Siempre bien preparado, en tortilla, en revoltijo, frito, hervido o asado, con su forma ovoidal o diluído, en mayonesa o en los postres. El huevo es señores: un nexo o un compuesto de otros manjares. Picado, rallado, batido, relleno, alimenta y decora. En su forma habitual o en mayonesa, el huevo es el pueblo: es nuestro. Se lo clasifica en tamaños, denota virilidad, las cosas cuestan mucho más cuando se lo nombra. Lo usan todos, lo uso yo, lo usa usted que está leyendo, lo usó Cristóbal. Lo producen algunas hembras y contiene embrión, es un huevo pero también gónada. Algunos marcan inteligencia otros los arrastran y muestran su bobera. Pero el huevo es elemento de cocina, detrimento en política, alegría y color en nuestra dieta. Es comprensión y lo contrario, sirve para comparar el de quien es más grande, marca infertilidad, estupidez y desazón.
Aunque nunca sabremos si fue primero él o su madre, el huevo es todo eso que dije, es también diminutivo y superlativo. ¿Sabe usted a cuál de estas dos clases pertenece?