Hay lugares donde repercuten los silencios y se denotan las rigideces de la espera
Situado al norte de los picos de Europa, el Valle de Covadonga, recolector de los vientos húmedos procedentes del mar, transforma esa humedad constante en ese verde intenso de la zona. Recubierta de praderas y bosques, las nieves matutinas disuelven el calor del sol y ese juego de tinieblas le confiere al lugar un aspecto misterioso, de encantamiento quizá, como si estuviera habitado por duendes
La historia cuenta que un grupo de Astures comandados por Don Pelayo combatieron entre las laderas del lugar para no ser dominados por el invasor musulmán
Para alistarse, habían de reunirse con su jefe fuera del valle, en lugares boscosos lejanos de cualquier mirada dimensional.
Una mañana, la novia de un noble guerrero que tomó la decisión de dejar la vida en pos de defender la muerte, la propia y la del enemigo, fue despedido en el borde último de la montaña por su amada, desde ese momento, el lugar se identificó con la despedida
Mientras el guerrero se alejaba dejando atrás aquellos ojos de cristal, iba desapareciendo su figura manchada del rojizo ocaso del atardecer
Sin poder medir el tiempo, ella transcurrió horas, días, meses hasta convertir su saludo, su despedida en un pétreo gesto, quizá por despedirse demasiado, quizá por no entender la despedida, la piedra eternizó el momento
Otros también ensayaron despedidas en distintos lugares, en la isla de Pascua, cerca del Himalaya, en los Urales
Muchos en conocimiento de los hechos, huyeron por temor a verse convertidos en piedra, en el eterno gesto del adios.
En ese borde último de Covadonga, al pie de la montaña, donde la novia fue a despedir a su amado, hoy se alzan misteriosas estatuas en pétreas actitudes gestuales de despedida.
Hoy, en otro tiempo, ya nadie despide al que se va. Hoy todos los lugares son Covadonga, ya todos sabemos que cualquier regreso es falso, falso de una espera irremediablemente ilusoria, nadie vuelve a ver al que se va.
Ya no se despide a nadie y cualquier adios es definitivo.
Situado al norte de los picos de Europa, el Valle de Covadonga, recolector de los vientos húmedos procedentes del mar, transforma esa humedad constante en ese verde intenso de la zona. Recubierta de praderas y bosques, las nieves matutinas disuelven el calor del sol y ese juego de tinieblas le confiere al lugar un aspecto misterioso, de encantamiento quizá, como si estuviera habitado por duendes
La historia cuenta que un grupo de Astures comandados por Don Pelayo combatieron entre las laderas del lugar para no ser dominados por el invasor musulmán
Para alistarse, habían de reunirse con su jefe fuera del valle, en lugares boscosos lejanos de cualquier mirada dimensional.
Una mañana, la novia de un noble guerrero que tomó la decisión de dejar la vida en pos de defender la muerte, la propia y la del enemigo, fue despedido en el borde último de la montaña por su amada, desde ese momento, el lugar se identificó con la despedida
Mientras el guerrero se alejaba dejando atrás aquellos ojos de cristal, iba desapareciendo su figura manchada del rojizo ocaso del atardecer
Sin poder medir el tiempo, ella transcurrió horas, días, meses hasta convertir su saludo, su despedida en un pétreo gesto, quizá por despedirse demasiado, quizá por no entender la despedida, la piedra eternizó el momento
Otros también ensayaron despedidas en distintos lugares, en la isla de Pascua, cerca del Himalaya, en los Urales
Muchos en conocimiento de los hechos, huyeron por temor a verse convertidos en piedra, en el eterno gesto del adios.
En ese borde último de Covadonga, al pie de la montaña, donde la novia fue a despedir a su amado, hoy se alzan misteriosas estatuas en pétreas actitudes gestuales de despedida.
Hoy, en otro tiempo, ya nadie despide al que se va. Hoy todos los lugares son Covadonga, ya todos sabemos que cualquier regreso es falso, falso de una espera irremediablemente ilusoria, nadie vuelve a ver al que se va.
Ya no se despide a nadie y cualquier adios es definitivo.
1 comentario:
!!!Que bonito relato!!1!!Que triste despedida!!, ¿porqué definitiva?¿ y los que amamos tanto que aunque estemos lejos siempre volvemos?. !!Que bonito sería conseguir quedarse para siempre!!!1.
Un beso de una asturianina que quier mucho la su tierrina
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