Tengo un amigo que visito en las soledades,
presente, aunque escape a las miradas.
Me verás prestarle oído
para percibir su lenguaje
sin rumor de palabras.
Sus palabras no tienen vocales ni elocución,
ni nada de melodía de sonidos.
Es como si me hubiera hecho
interlocutor de mi mismo,
comunicando con mi inspiración,
con mi esencia, en mi esencia,
presente, ausente, cercano, alejado.
Está más próximo que la conciencia a la
imaginación.
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