LA VIDA EN SUEÑO

LA VIDA EN SUEÑO
BLOG DEDICADO A LOS QUE VEN LA VIDA COMO UN SUEÑO

miércoles, 21 de mayo de 2008

VOLAR SIN ALAS

Hacer de la habitación un templo del amor.
Iluminar el ambiente con velas blancas y perfumadas, colocar flores frescas en jarrones y tener a mano aceites y bálsamos para los masajes. Escoger una música suave que favorezca la relajación y preparar una bandeja con fruta y agua, para los momentos de "descanso".

Antes de iniciar la sesión, bajar el timbre del teléfono o directamente desconectarlo, y asegurarse de que nada vaya a interrumpir.
Las caricias serán suaves, después del placer del contacto de la yema de los dedos sobre el cuerpo del otro, los cuerpos estarán sumidos en el punto más alto de excitación y sentirán que forman uno solo. Así, dejándose llevar por las sensaciones placenteras, tendrán ese acercamiento que no es puramente sexual, sino que será un todo donde convergen sentimientos, deseos, deseos profundos y compenetración total. Las caricias serán circulares y luego, de arriba hacia abajo, explorando todo el cuerpo.

Los dedos buscarán el propio placer. Abstenerse, en un primer momento de los pechos y los genitales. ¡Se reservan para lo último!
El beso del deseo: recostarse uno junto al otro, mírarse a los ojos y besarse sin tocarse. Cada vez más próximos, recorrer los cuerpos de cada cual con besos suaves.

Ponerse de espaldas y permítir que el acaricie los pechos. Déjarse llevar por las sensaciones sin apresuramientos, hay todo el tiempo del mundo, este último no existe, solo hay dos habitantes, dos seres sensoriales que disfrutan el uno del otro, que proporcionan placer y belleza en los movimientos, dulzura atemporal, en un espacio suspendido. En un vuelo sin alas.

Recorrer toda la longitud de los sexos y acariciarse con toda suavidad y dulzura. Pepararse para una penetración completamente distinta a la conocida.

Para la disciplina tántrica, el hombre no hace el amor a la mujer sino que son dos universos que se conectan y abren paso. El ritual toma a la penetración como un paso más del acercamiento de los cuerpos, no como una meta,

Los apuros, son para el mundo impiadoso que existe fuera de las cuatro paredes del cuarto, allí, todo es interiorización del uno hacia el otro. No hay relojes, el tiempo se detuvo y solo hay una comunicación de cuerpos sumidos en la belleza del sentimiento, de la trascendencia corporal.

El concepto carcelario de éxtasis ligado al orgasmo, es un icono occidental, el camino es tanto o más importante que el final del mismo. El tránsito que nos deparan las caricias, el beso, son infinitamente más importantes que el fin mismo. La mujer no es un simple recipiente sexual, es la diosa que da y recibe energía.

Estos parámetros, son, desde una perspectiva oriental, occidente no nos deja mucha alternativa, pero en función de crearnos una vida que merezca ser transitada, creo, debemos elegir lo mejor de las cosas que se nos ofrecen. Lo tántrico es una de ellas.














1 comentario:

Anónimo dijo...
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